¿En qué consiste el riesgo eléctrico?

Cuando se efectúa un montaje de cuadros eléctricos industriales es posible sufrir un riesgo eléctrico. Esto sucede cuando hay alguna probabilidad de que el cuerpo humano entre en contacto con la corriente eléctrica, algo que puede resultar extremadamente peligroso para una persona.

¿Cómo evitar el riesgo eléctrico?

Existen dos formas de entrar en contacto con la electricidad. Una es de forma directa y otra de forma indirecta. El contacto directo es cuando dos partes activas de cualquier instalación se tocan. De igual forma, puede suceder porque un conductor de tierra y un activo entren en contacto. En cambio, el contacto indirecto es cuando contactan partes que han estado en tensión debido a un fallo de aislamiento, como pueden ser carcasas, algunas partes metálicas de una instalación o de un equipo.

Un riesgo eléctrico puede ser el responsable de grandes pérdidas, especialmente las causadas por explosiones o incendios por sobrecargas en una instalación. Una chispa o un cortocircuito puede ser las responsables de causar incendios y en el peor de los casos, incluso explosiones. Otra de las posibilidades es que algún elemento eléctrico consiga elevar de una manera considerable la temperatura del ambiente y al estar rodeado de un material inflamable, acabe por encenderse. Este tipo de accidentes puede provocarse en cualquier lugar en el que existan cables o aparatos eléctricos. En muchos de los casos se produce por negligencias o por una falta de seguridad en las instalaciones, así como una ausencia de mantenimiento de las mismas.